domingo, 16 de noviembre de 2008

La casa de las sorpresas

La casa donde vivo es un apartamento propiedad de la empresa situado en una típica casa dutchie, con grandes ventanales que se abren a la calle como si de escaparates se tratara. No sé si es muy antigua pero al menos lo parece, como parece serlo todo por el peculiar estilo arquitectónico de estos infieles. Prometo contaros algún día más cositas de mi casa, y hasta poneros alguna foto para que os hagáis una idea, pero hoy no. Hoy sólo quiero contaros que la casa está llena de sorpresas... Cada dos metros hay una puerta, y nunca sabes qué habrá detrás. A veces es una habitación, claro. Pero otras veces es una escalera bloqueada, que no sabes a dónde llevaría si la pudieras seguir. En muchas otras ocasiones son armarios, pequeños huecos que aprovechan el espacio que dejan las escaleras o los rincones para guardar un calentador, el cuadro de la luz...

Pues eso, que hace unos días reparé en una de estas puertas. No le había prestado mayor atención hasta ese momento, y me di cuenta de que nunca la había abierto. Así pues, y no sin un cierto reparo, la abrí. Y héte aquí que mi casa me acababa de hacer un fantástico regalo: ahora me siento un poco menos lejos.


He sobrevivido a mi primera semana en el curro. Es domingo y hasta el sol quiere brillar tímidamente sobre los tejados de Groningen. Me voy a dar un paseíto, quizás hasta acabe tomando un warmechocolade. Met slagroom, por supuesto!

1 comentarios:

cheruchan dijo...

lekkerrrrr!! met slagroom alsjeblieft!