jueves, 29 de julio de 2010

El toro por el ojo de la aguja

No basta con vencer, hay que convencer. Ya se lo supo decir a los militares aquellos que se paseaban empalmados por la excitación golpista aquel gran rector de la Universidad de Salamanca que se apellidaba Unamuno. Ya se demostró dolorosamente acertado en los años de sangre y oscuridad que siguieron. Y, pese a todo, seguimos sin aprenderlo: no basta con que unos impongan un cambio a otros simplemente porque pueden hacerlo; es que no habrá un verdadero cambio hasta que todos lo asimilen como propio. Gran error el de la democracia que realmente piensa que se puede cambiar la realidad aprobando leyes por un sólo voto.

"Hemos ganado: trágate esa".

Carece por completo de interés si, personalmente, me gustan los toros o no. Que es que no. Como carece de importancia si me alegra que hoy se hayan prohibido en Cataluña. Que es, en parte, que sí. Pero me da que, una vez más, lo que realmente pasa es que nos la están metiendo doblada los que gobiernan, mandan y escriben cada día lo que ha de salir en los periódicos. Me da que no es sólo amor por el animalito lo que lleva a prohibir las corridas y permitir los correbous. Me da que hay algo de parafernalia identitaria, de chanchullo tribal y de limpieza sectaria en erradicar este bárbaro espectáculo de la virtuosa e impoluta Cataluña preelectoral. Sí, esa orgía de sangre tan simbólicamente hispana que sólo gusta a carniceros y torturadores insensibles como Picasso, Hemingway, Lorca o Sabina, por ejemplo.

Un señor que milita en el mismo partido que aquel que ha firmado la nueva ley ha escrito hoy algo interesante en su blog. Este señor -el que escribe, no el otro que firma- dice muchas veces cosas con las que no estoy de acuerdo, pero siempre lo hace de modo en que no puedo negarle razones sólidas, argumentos fundados y altas dosis de un pedagógico respeto. Por eso le leo, le pienso y hoy le traigo aquí.

68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones. En Catauña quedan prohibidas las corridas de toros apartir del 1 de enero de 2012. Hoy, mañana y siguientes correrán ríos de tinta. Cada uno arrimará a su sardina lo que pueda. Unos dirán que es por la protección de los animales, y muchos estamos comprometidos con ello. Otros que es un cuestión de marcar distancias con el resto de España en un tema que es "marca" en muchas partes del mundo. Habrá otros que no entiendan nada, me temo que la mayoría. Mi opinión es que se ha pronunciado un parlamento que representa a una Comunidad Autónoma y eso merece todo mi respeto, porque es el valor de la democracia y para que mañana otros respeten las que tomemos en los demás. Mi opinión es que Los Toros representan también tantas cosas como las que cada uno quiera sentir . Y que una Comunidad Autónoma que sabe el precio inmenso de prohibir cosas que tienen que ver con tus tradiciones y tu historia, debe saber también que es una decisión que en ningún caso es neutra.

Los aficionado a los toros en Cataluña, que no pueden ir a la Monumental, y los que hasta ahora iban, siempre podrán poner la tele y ver lo que les gusta, o a través de Internet. Quizás algún día alguien proponga que se prohiban en la tele o en Internet. ¿Qué seguimos prohibiendo mañana?
A mi me gustan Los Toros, soy aficionado, que no entendido. Respeto mucho a los que no lo son, pero me gustaría que ellos no decidieran por mí, ni yo obligarlos a ellos. En nuestra tierra hay 120 ganaderías. Una dehesa que mantienen y que contribuye a compensar el CO2 que producen las industrias en otros sitios que no discuten sobe el CO2 sino sobre los toros.
No sé que hubiera pasado si los campos de Cataluña estuvieran llenos de reses bravas.
Me quedo con las palabras del Presidente Montilla. Mejor hubiera sido que las cosas fueran de manera más natural. Si nadie fuera a los toros en Cataluña, problema resuelto. Pero mientras....

Un abrazote

Guillermo

Del blog de Guillermo Fernández Vara, Presidente de Extremadura (link)

Convenciendo(me).

1 comentarios:

Alexia dijo...

I spread the news...people were shocked ;)