martes, 8 de abril de 2008

Le blog gastronomique



Vivir con Bealó tiene sus cositas, como la afición compartida a House, las tardes en el sofá engullendo Prison Break (debates sobre con qué hermanito le gustaría verse encerrada en una celda incluídos), las cápsulas de alcachofa, los retrospecter ('aquí hay un árbol, aquí un río...') las partidas al juego de las banderitas ('hazme un pum') y mil más. Y la cocina. Rivalizando muy seriamente con el sofá, la cocina es donde más horas pasamos juntos. Y es que a ambos nos unen dos pasiones: cocinar es una. Comer hasta reventar es la otra.



Hasta tal punto fue que, tras muchas tardes y noches en la cocina ensayando, improvisando y cuidando estos cuerpazos que Dios nos dio, hasta pensamos en hacer un blog gastronómico. Yo andaba ya con la idea de liarme a escribir un blog y buscaba un hilo conductor que diera sentido y una cierta homogeneidad a las entradas... Pensé que abrir cada entrada con lo que había salido cada día de nuestra cocina era una buena manera de empezar... para luego proseguir con las divagaciones que vinieran a cuento. Casi como una conversación de sobremesa, una extensión de los buenos y dulces ratos del café que cada día vivíamos en casa, con las manos sujetándonos la barrigaza repleta, henchidos de algo más que de satisfacción. No parece mala idea para un blog, verdad?



De aquel tiempo vienen estas fotos que ahora decoran esta entrada: crèpes con Nutella, tarta de frambuesas naturales, pizzas 100% caseras (exitosas... y no tanto), pizzas del súper (que de todo tiene que haber y además nos encantan), el legendario pastel de carne, superhamburguesas, quiche lorraine, alcachofas gratinadas, berenjenas rellenas...



El tiempo fue pasando y Bealó hizo sus maletas para aterrizar en su amada gabachilandia como profe de español, y yo me quedé en casa esperando su regreso con Larita. La cocina ya no está tan animada como antes, pero sigue habiendo larután en la alacena.


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