Que no vivo solo es algo que ya sabía desde hace tiempo. Vamos, más que saberlo, lo sospechaba. Quiero decir que nunca ha habido una presentación oficial. Él es... más bien tímido, y vive su vida casi sin que note su presencia. Alguna vez nos hemos cruzado, sí, en la cocina por lo general, pero él se escabullía casi desapercibido, como si fuera un susurro. Prácticamente, había que intuirlo más que sentirlo.
Éramos compañeros. Compartíamos piso, noches de invierno, quién sabe si añoranzas lejanas...
Pero ha cambiado.
No sé por qué, serán cosas de la convivencia, que nos cambia a todos... No sé. Pero la verdad es esa: últimamente se ha vuelto más ruidoso, no deja de revolverlo todo y se pasa la noche trasteando por cada rincón. Yo trato de ignorarlo, quiero darle siempre otra oportunidad, pensar que ha sido un descuido... pero me llegan hasta la cama sus pasos apresurados y sus prisas. Hasta que, últimamente, me roba comida. Como lo oís. Y eso no. Por ahí no paso.
Me ha faltado al respeto.
Así que esta noche voy a tener que pedirle que se marche.
Para siempre.
Os iré contando...
miércoles, 15 de abril de 2009
Mi compañero de piso
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Jejeje.... don't forget to wait 10-15 minutes after you hear the SNAP! ;-)
Pero que egoista eres..... Mira que no querer compartir con tu compi de piso la comida.
:-P
H.
Claro que si, que los petit suise son sagrados :D
Ánimo con tu "compi"!
kisses!
Te recomiendo el pegamento...
Publicar un comentario